sábado, 30 de enero de 2016

La Pesadilla

Por fin el último relato de terror de nuestra compañera Virginia.
El premio o los premios serán entregados en la semana cultural.¡ Disfrutad del relato!

                                                              La pesadilla

Era una noche de otoño en la que hacía bastante frío, chiflaba el viento y las hojas de los árboles caían sin parar, conforme me adentraba sentía los crujidos de las hojas al pisarlas,sentía un alarido de hombre, cada vez más fuerte, llegue a un lugar desconocido,parecía un hospital en ruinas, apenas veía,pues la noche era oscura, pero la luz de la luna luna me ayudaba a ver. Me picaba la curiosidad aunque me sentía inseguro, di unos pasos para entrar al hospital, pero algo empezó a vibrar en el bolsillo del pantalón, metí la mano en él cuidadosamente y saqué el móvil, pensaba que lo había dejado en casa. El móvil seguía vibrando en mi mano con una llamada en la que decía “Mi mujer” lo cogí rápidamente pues me alteré mucho al ver la llamada :
-¿Sí?.
Al otro lado del teléfono no respondía nadie, pero sí sentía una carcajada fuerte; pensé que se habría equivocado y colgué.
Seguí con lo que estaba haciendo, entré en el viejo hospital en ruinas. Había botellas,cigarrillos,nombres escritos en las paredes, seguramente jóvenes habían estado allí de fiesta, eso más me intrigó, salí de allí y me adentré en un largo pasillo, ¡Había un gran charco de sangre!.
Empecé ha escuchar pasos detrás de mí, miré hacía atrás y no había nadie,me alarmé, entré en una de las muchas habitaciones del hospital, en una esquina de la habitación,vi a una persona, probablemente era una mujer porque llevaba un camisón largo, murmuraba muchas palabras, pero no alcanzaba entenderlas, le pregunté qué le sucedía, comenzó a llorar,después de unos minutos a reírse a carcajadas, me asusté y salí de allí corriendo; no entendía qué pasaba en ese lugar. Me adentré en otra habitación y esta vez no había nadie, vi muchas sombras de personas que se echaban sobre mí de repente el sonido de mi alarma sonó y desperté eran las 7:00 de la mañana y caí en la cuenta de que tenía que levantarme para ir al instituto, ¡eso si que era una pesadilla!

FIN



lunes, 11 de enero de 2016

La Visión

Aquí podéis leer una historia, inspirada en la mitología griega, que ha escrito Alejandro Martínez López, alumno de 1º ESO A. La ilustración que la acompaña también la ha realizado Alejandro.

LA VISIÓN 

Érase una vez un bello palacio donde los dioses convocaban a los mortales para vaticinar su futuro. Los dioses que asistían al palacio eran: “Norte”, “Sur”, “Este”, “Oeste” y “Visionita”. Norte era muy elegante y emprendedor. Sur era todo lo contrario (nada emprendedor y maleducado). Este y Oeste se pasaban el día discutiendo tonterías sin importancia, y Visionita sólo tenía el don de profetizar acontecimientos (pero nada más y además los dioses no le daban importancia); y así comienza el caos.

¡Un día crucial en el Universo! Era el día de la gran reunión, denominada “la visión”. Los mortales ocuparon su sitio y Norte, Sur, Este y Oeste también. Pero Visionita faltó. Estaba tramando un plan con la diosa Ractus, la diosa de la Naturaleza, para que la tomaran más en serio. El plan consistía en mover cada año el continente Pangea y dividirlo en varias partes que luego chocarían entre sí provocando el fin del mundo.

Los dioses, mientras tanto, esperaban impacientes en la reunión la llegada de Visionita. Oeste y Sur fueron en su busca ayudados de una bola de cristal que encontraron en el palacio. Al mismo tiempo, un joven héroe que se llamaba Cambos vio a Ractus paseando por el “Camino de la luz”, un camino muy largo hacia una falla infinita donde se hallaban las tumbas de los dioses muertos. Cambos, que era hijo de Taquimos, dios de la Tierra, se dirigió hacia Ractus, pero ella estaba muy lejos y no tuvo tiempo de alcanzarla. Sin embargo, Oeste la vio y como su poder era muy fuerte, su ser subió al cielo y se sacrificó por Visionita. Así, se formaron los continentes y desde entonces la naturaleza se va apagando poco a poco y, a día de hoy, los recursos naturales se van agotando.