viernes, 20 de marzo de 2015

Mes de la mujer


Con un poco de retraso debido a la visita Comenius a Oslo, y aprovechando que el pasado ocho de marzo celebramos el Día Internacional de la mujer, hemos dedicado este mes en la Biblioteca del Fardes a las escritoras de cualquier país y época histórica.
 ¿Por qué es necesario centrarnos en las mujeres escritoras? Si le echamos un vistazo a los libros que tenemos en nuestra Biblioteca del Fardes, es fácil darse cuenta de que la mayoría de ellos han sido escritos por hombres. Igual sucede con los autores que estudiamos en nuestros libros de literatura: gran parte de ellos son varones. ¿Son machistas nuestras bibliotecas y nuestros libros de texto? La respuesta a esta pregunta es bastante compleja: quizás aún hoy nos puedan parecer machistas, porque a lo largo de la historia la sociedad también lo ha sido, lo que ha dificultado la incorporación de la mujer a la literatura de forma activa (como escritora), y no sólo de forma pasiva (como musa o fuente de inspiración).
Safo
Hasta hace sólo un par de siglos, escribir era considerado como una tarea impropia de mujeres. La mujer solía ser concebida como un objeto casi decorativo, y se valoraba su belleza por encima de su inteligencia o de otras cualidades de mayor importancia–hasta qué punto esto ha cambiado hoy en día es digno de una reflexión más profunda. Existen pocas escritoras anteriores al siglo XIX, que es cuando las mujeres comienzan a tomar la pluma y a adquirir una voz propia que plasman a través de la literatura. Probablemente, la primera mujer escritora de la que tenemos noticia sea la griega Safo, quien ya en el siglo VII a.C. se dedicó a escribir y poesía y a educar a muchachas. Desde la Edad Media nos llegan escasos nombres de damas escritoras, como el de Cristina de Pizán (autora de La ciudad de las damas, considerada como precursora del feminismo),el de la poetisa María de Francia, o el de las místicas Hildegarda de Bingen y Margery Kempe.
Durante la época renacentista y barroca, las escritoras en español más importantes fueron Santa Teresa de Jesús, autora de obras místicas como Camino de Perfección o Las Moradas y nombrada Doctora de la Iglesia en 1970 en reconocimiento a su labor intelectual, y Sor Juana Inés de la Cruz, quien escribió tanto poesía como obras de teatro. En el siglo XVIII aparecen otras autoras como Madame de Stäel, quien tenía que vestirse de hombre para poder asistir a las tertulias literarias de París, o Mary Wollstonecraft, autora de la “Vindicación de los derechos de la mujer”, en la que pedía la educación para la mujer. 
Fue en el siglo XIX cuando las mujeres tuvieron un mayor acceso a la educación y a los libros, y un número creciente de ellas comenzó a escribir sus propias obras. Se dan casos curiosos en esta época, en el que algunas de estas mujeres escritoras se tenían que ocultar bajo pseudónimos masculinos para publicar sus obras, por miedo al rechazo social y literario hacia ellas mismas y hacia lo que escribían. Por ejemplo, la francesa Aurore Dupin firmaba sus obras como George Sand (y además vestía como un hombre), mientras que la inglesa Mary Ann Evans era conocida por los lectores como George Eliot. En España, la escritora Cecilia Böhl de Faber tomó el nombre de pluma de Fernán Caballero. Las hermanas Brontë (Charlotte, Anne y Emily) comenzaron su carrera literaria publicando un libro de poemas escrito por las tres, y firmado como Currer, Acton y Ellis Bell. Otra opción para ocultar la ocupación literaria de una mujer era el silencio: por ejemplo, la gran poetisa norteamericana Emily Dickinson apenas salió de su casa y no enseñó a nadie sus poemas, que fueron descubiertos por casualidad cuando murió. También hubo otras muchas autoras decimonónicas como Jane Austen, Ann Radcliffe, Mary Shelley, Harriet Beecher Stowe, Emilia Pardo Bazán, Carolina Coronado, Rosalía de Castro, que publicaron sus obras con su auténtico nombre de mujer.
Todavía en nuestros días, algunas autoras han seguido escondiendo su sexo, bien a través de nombres masculinos (como la escritora de ciencia ficción, Andre Norton llamada en realidad Alice Mary, o Isak Dinensen, autora de Memorias de África, cuyo nombre real era Karen Blixen), o de unas siglas neutrales para que en un principio no se asociaran sus obras con una literatura dirigida sólo a las mujeres. Dos ejemplos famosos son la escritora de crimen y misterio P.D. James (Phyllis Dorothy) y la autora de Harry Potter, J.K. Rowling (Joanne Katherine).
J.K. Rowling
Por suerte, la mayoría de estas barreras se han superado a lo largo del siglo XX y las mujeres escritoras no son ya consideradas como bichos raros. Aún así, si tecleamos en Google “escritoras novela”, la primera sugerencia que se nos da es la de “novela romántica”, como si fuera el amor fuera el tema natural para las escritoras. Por el contrario, podemos encontrar libros escritos por mujeres en todos los géneros literarios. Os recomendamos algunas de las autoras más importantes de los últimos años, junto con alguna de sus obras más representativas:
Ciencia ficción: Úrsula K. Le Guin (Trilogía de TerraMar), André Norton…
Novela negra: Donna Leon (novelas del comisario Brunetti), P.D. James (novelas del comisario Dangliesh), Patricia Highsmith (novelas de Tom Ripley), Camilla Läckberg, Dolores Redondo… Aunque sea un poco más antigua, no podemos dejar de citar a la escritora más traducida del mundo: Agatha Christie, autora de novelas de crimen y misterio con detectives tan famosos como Hércules Poirot y Miss Marple.
Terror: Anne Rice (Crónicas Vampíricas), Joyce Carol Oates…
Fantasía: Laura Gallego (Memorias de Idhún), J.K. Rowling (Harry Potter), Suzanne Collins (Los Juegos del Hambre), Stephenie Meyer (Crepúsculo), Ana María Matute (Olvidado Rey Gudú)…
Aventuras: Matilde Asensi (El Último Catón), Isabel Allende (La Ciudad de las Bestias)…
Novela histórica: Philippa Gregory (La Otra Chica Bolena), María Dueñas (El Tiempo entre Costuras), Julia Navarro (La Hermandad de la Sábana Santa), Luz Gabás (Palmeras en la Nieve)…
Romántica: Helen Fielding (El Diario de Bridget Jones), Laura Esquivel (Como Agua para el Chocolate)...
Poesía: Alfonsina Storni, Gloria Fuertes, Elena Martín Vivaldi, Pura Fernández Segura (¡sí, ni más ni menos que vuestra profe de religión del IES Ribera del Fardes!)
Otras: Virginia Woolf, Iris Murdoch, Carmen Martín Gaite, Carmen Laforet, Rosa Regás, Clara Sánchez, Toni Morrison, Amy Tan, Elvira Lindo (Manolito Gafotas)...

Gabriela Mistral
 Sin embargo, aún hoy parece que no se le da la misma categoría a las obras escritas por hombres que a las escritas por mujeres; que algunos hombres aún guardan reticencias a leer un libro escrito por una mujer. Valga como ejemplo que sólo trece de los más de ciento diez premios Nobel de literatura han sido otorgados a escritoras. De los once premios Nobel de literatura concedidos a autores de lengua hispana, sólo uno de ellos fue para una mujer –la poetisa chilena Gabriela Mistral.

Aunque se ha avanzado muchísimo en los dos últimos siglos, las mujeres -y no sólo las escritoras- del siglo XXI seguimos teniendo retos apasionantes para obtener el reconocimiento que merecemos, y para cumplir las expectativas de aquellas pioneras valientes de los siglos anteriores.

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