martes, 13 de enero de 2015

Mes de la Paz


Mes de la Paz en el IES Ribera del Fardes

El próximo 30 de enero celebraremos el Día de la Paz, coincidiendo con la fecha del asesinato del líder pacifista indio Mahatma Gandhi. Por ello, el tema de este mes en la Biblioteca del IES Ribera del Fardes es la paz.

Para hablar de la paz, por desgracia, no podemos dejar de hacerlo sobre la guerra. Desde el comienzo de la historia, los seres humanos han luchado entre sí para conseguir riquezas, poder, o territorios; nos hemos matado, herido y mutilado por vengar una ofensa, por defender una idea, por miedo, por celos, por envidia y por odio.

Como no podría ser de otro modo, la literatura se ha hecho eco de este fenómeno.
De hecho, el texto que se considera que inaugura la literatura occidental, “La Ilíada”, de Homero, es la narración de la guerra entre griegos y troyanos (con ayuda por parte de los dioses en ambos bandos), que se produce a raíz del rapto por parte de estos últimos de la bella Helena. El gran Julio César también nos brindó uno de los clásicos de la literatura bélica: La Guerra de las Galias, que narra los nueve años que pasó luchando contra los pueblos galos que se oponían a la ocupación romana, y que serviría como inspiración, ya en el siglo XX, a una genial parodia en forma de cómic: la serie de tebeos que tiene como protagonistas a Astérix y Obélix.

La guerra también está presente en la literatura épica medieval –tanto los poemas épicos como la novela de caballerías-, que se dedicaba a ensalzar las hazañas bélicas de grandes héroes como el Cid Campeador, Rolando, o el Rey Arturo. La gran obra maestra de la literatura española, El Quijote, de Miguel de Cervantes, es una parodia de las andanzas guerreras que aparecen en las novelas de caballerías.

Se puede afirmar que cada guerra importante ha sido narrada por grandes obras literarias. Por citar sólo unas cuantas de estas obras, la gran batalla de Agincourt (dentro de la Guerra de los Cien Años medieval) es el tema principal de la obra de teatro Enrique V, de William Shakespeare; las guerras de conquista de América aparecen en el poema épico La Araucana, de Alonso de Ercilla; la guerra de la independencia española frente a las tropas de Napoleón fue narrada con maestría por Benito Pérez Galdós en los Episodios Nacionales, mientras que la invasión napoleónica de Rusia aparece en Guerra y Paz, de Leon Tolstoi; Zalacaín el Aventurero, de Pío Baroja, trata sobre la tercera guerra carlista…

Incluso, es tal el poder de la palabra escrita, que existen novelas que han comenzado guerras. El ejemplo más claro es el de La cabaña del Tío Tom, de Harriet Beecher Stowe, que denunciaba las duras condiciones de vida de los esclavos afroamericanos trabajando en las plantaciones de algodón del sur de los Estados Unidos. Esta novela hizo mucho por sensibilizar al norte de la necesidad de luchar contra las injusticias de la esclavitud, lo que conllevaría el comienzo de la Guerra Civil Americana entre el norte y el sur. Cuenta la leyenda que cuando el presidente Abraham Lincoln conoció a la autora, le dijo: "De manera que es usted la pequeña mujer, que escribió el libro que provocó esta gran guerra". Sin embargo, la gran novela por excelencia que refleja la Guerra Civil Americana es Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell, que después sería llevada al cine con gran éxito.

A pesar de que la historia de la humanidad no había sido precisamente pacífica, sería el siglo XX el que rompería todos los esquemas en cuanto a terror bélico. La Primera Guerra Mundial, conocida también como la Gran Guerra, acabó con la vida de unos ocho millones de personas, y dejó unos seis millones de discapacitados. La Guerra Civil Española enfrentó desde 1936 a 1939 a dos bandos opuestos dentro de nuestro país, dejando heridas abiertas que tardarían décadas en sanarse. Sin embargo, el horror alcanzaría cotas inusitadas en la Segunda Guerra Mundial, en la que fallecieron entre 50 y 70 millones de víctimas. Luego vendrían la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam, las dos Guerras del Golfo, la Guerra de Ruanda, y, ya en el siglo XXI, la Guerra Civil en Siria, y un largo y desgraciado etcétera.

En 1929, se publicó una novela acerca de la Primera Guerra Mundial, Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque, que es considerada como la primera gran novela antibelicista, por denunciar los horrores de la guerra, ensalzar la camaradería de los soldados, y anunciar el trauma imborrable de aquellos combatientes que intentan volver a su vida normal después de la contienda. Otras novelas acerca de la Gran Guerra es Adiós a las Armas, de Ernest Hemingway, Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, de Vicente Blasco Ibáñez, o La Caída de los Gigantes, de Ken Follet. En Inglaterra, también existió un grupo de poetas (como Isaac Rosenberg, Wilfred Owen o Siegfried Sasoon), que combatieron en esta guerra y que reflejaron en sus poemas sus terribles experiencias en el campo de batalla.
 
En cuanto a la Guerra Civil Española, la lista de obras relacionadas (la mayoría de ellas llevadas al cine con éxito), es interminable: El Lápiz del Carpintero, de Manuel Rivas, Por Quién Doblan las Campanas, de Ernest Hemingway, Soldados de Salamina, de Javier Cercas, Réquiem por un Campesino Español, de Ramón J. Sender, San Camilo, 1936, de Camilo José Cela, La Voz Dormida, de Dulce Chacón, Las Trece Rosas, de Jesús Ferrero, Los Girasoles Ciegos, de Alberto Méndez, y tantas otras.

También existen muchas obras acerca de la Segunda Guerra Mundial. Una de las más conmovedoras es el Diario de Ana Frank, escrito por una adolescente judía que vivió la persecución nazi escondida con su familia en un ático en Ámsterdam durante más de dos años. Otras obras son El Niño del Pijama de Rayas, de John Boyne, Cuando Hitler Robó el Conejo Rosa, de Judith Kerr, El Tambor de Hojalata, de Günter Grass (estas tres, con niños como protagonistas); El Puente sobre el Río Kwai, de Pierre Boulle, o Adiós a Berlín, de Christopher Isherwood, por mencionar sólo unos cuantos.

El género bélico también es importante en el mundo del cine, que ha adaptado algunas de las novelas más famosas que tratan sobre las distintas guerras. Otras películas bélicas o ambientadas en épocas de guerra son La Lista de Schindler, La Delgada Línea Roja, En Tierra Hostil, El Pianista, 300, Troya, Braveheart, El Último Mohicano, El Patriota, Waterloo, Cold Mountain, El Álamo, Zulú, Senderos de Gloria, Casablanca, Gallipolli, Lawrence de Arabia, Cartas desde Iwo Jima, Salvar al Soldado Ryan, El Hundimiento, Doce del Patíbulo, La Gran Evasión, Apocalypse Now, La Chaqueta Metálica, Platoon, Tres Reyes, Hotel Ruanda, Black Hawk Derribado, etc.

Al igual que sucede con la ciencia ficción, el género bélico trasciende la literatura y el cine, y llega al arte, a la música, a los videojuegos (recordemos por ejemplo el famoso Call of Duty). Si bien resulta un tema de innegable atractivo para los creadores de todas las artes, no nos queda sino desear un futuro pacífico en el cual la inspiración haya que buscarla en las guerras del pasado por falta de otras nuevas que vengan a añadir más horror y más muertes violentas a la ya de por sí sangrienta historia de la Humanidad. Nos quedamos con los sueños pacifistas de Mahatma Gandhi, de Martin Luther King, y de John Lennon, quien en su inmortal Imagine nos invita a creer que otro mundo es posible:

1 comentario:

  1. Pues a mí me ha encantado este artículo! ;) Y especialmente la canción de Imagine... es perfecta <3

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